Todas estas cuestiones necesitaban una respuesta. Para ello, nos hemos llevado las tizas al patio y con mucha atención, hemos observado la sombra de uno de nuestros árboles.
Hemos visto que la sombra se produce, porque el árbol está delante del sol.
Con una tiza hemos marcado el contorno de la sombra.
Después hemos caminado por la línea que hemos dibujado, comprobando así el espacio que ocupa la sombra de nuestro árbol.
Después de poco más de una hora hemos vuelto a salir al patio.
Tal y cómo la mayoría pensábamos, la sombra del árbol se ha movido.
Comprobamos que el árbol sigue en su sitio, (el árbol no se mueve).
El Sol sí que parece haber cambiado de posición, pero nosotros ya sabemos que el Sol no se mueve, (es la Tierra la que gira alrededor del Sol). Al moverse la Tierra, cambia también la posición del árbol con respecto al Sol y por lo tanto, cambia la sombra.
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