Nos relajamos con la técnica de la "abeja".
Nos sentamos en posición de relajación, con mucho cuidado, tapamos nuestros oídos y emitimos un zumbido cómo si fuéramos abejas. Durante un ratito, escuchamos este zumbido que rebota en el interior de nuestro cuerpo. Es curioso y relajante.
Después, (ya relajados), tomamos nuestros zumos. Se han convertido en flores y cómo las abejas, chupamos el néctar.
Así, el zumo, sabe mejor.
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