Jimena nos llevó a clase un bonito manto y aprendimos a colocárnoslo. Es un poco difícil, pero con él parecíamos autenticas princesas del desierto.
Algunas veces, en el desierto se forman tormentas de arena, el viento hace que la arena se mueva por todas partes. Para protegerse y evitar que se meta en los ojos, la boca, la nariz... los tuareg utilizan un turbante que cubre su rostro.
Ahora nosotros, también tenemos un turbante para pasear por el desierto.
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